El día 13 de noviembre me toco visitar una escuela de contexto indígena llamada en la comunidad de Enthavi, a la escuela “Ignacio José de Allende”. Salimos de la escuela normal aproximadamente a las 7:00 am, rumbo a las escuelas del municipio de Almoloya.
Primero pasamos a dejar a mis compañeros de la escuela primaria “Sebastian Lerdo de Tejada” en donde bajaron la mayoría de los alumnos tanto del grupo uno como del dos. Cuando íbamos hacia las otras dos escuelas nos dijeron que el camión no podía subir por una calle, así que a las alumnas que iban hacia la escuela “Benito Juárez” las llevaron en la camioneta de la escuela. Las alumnas que quedamos éramos de la escuela “Ignacio José de Allende”, esperamos un tiempo haber que llegaba primero si un taxi o la camioneta de la escuela, cuando llego la camioneta los maestros se quedaron a esperar un taxi, y las compañeras y yo nos subimos para llegar antes a la escuela.
Cuando llegamos a la primaria, nos recibió el director en el comedor de la escuela, este comedor lo tienen por que hay gente pobre y se preocupan por que los niños coman algo, nos platico que en la escuela ya casi nadie habla otomí, que ha ido mejorando tanto la escuela como la comunidad, ya que antes la carretera era de terracería y había poco transporte, comento que construyeron cuatro aulas para que se equiparan con el equipo de enciclomedia, y es que el maestro piensa que los maestros deben de irse actualizando, para actualizar a las generaciones que salen de esta escuela. Comento que la escuela ha tenido reconocimientos, pues unos niños asistieron a la olimpiada del conocimiento estatal.
La escuela cuenta con tres grupos de primer grado, con 128 alumnos, dos grupos de segundo, tercero, cuarto , quinto y sexto grado, el segundo grado con 72 alumnos, tercero con 73 alumnos, cuarto con 55 alumnos, quinto cuenta con 56 alumnos y sexto tiene 45 alumnos. Después de darnos esta bienvenida invitamos a una señora que estaba trabajando en la cocina, para que nos cantara algo en otomí, nos canto un fragmento de una canción para despedir a los compadres. Después de que canto la señora nos ofrecieron café y galletas, cuando terminamos salimos al patio donde unos niños de quinto año con una maestra nos estaban esperando para llevarnos a los salones.
Cuando entre a mi salón, la maestra estaba pasando en los lugares de los niños para revisar un trabajo, me presente y le pedí que me permitiera trabajar con los niños treinta minutos, mientras la maestra termino de dar su clase, había dejado un trabajo de terminaciones iguales, en el que les puso un palabra en el pizarrón, en este caso era sabritas, los niños tenían que escribir cinco palabras que terminaran en itas, y cinco que terminaran en on, la maestra pasaba a sus lugares a revisar y a corregir, cuando la mayoría terminaron, iso unos pequeños ejercicios para esperar a los compañeros que les faltaban palabras, como: levantar las manos asía los lados, respirar, una ves que terminaron todos, hizo calculo menta, les pidió resultados de pequeñas sumas y restas como 7+7-4, 9+5-3.
Al terminar la maestra este ejercicio me dejo trabajar con los niños, primero les repartí la canción de “pin pon” y les dije las actividades que tenían que realizar mientras la iban cantando, después realizamos la papiroflexia de un vaso y por ultimo les conté el cuento “el agua”, en este ultimo les pedí que realizaran un dibujo referente al cuento, podía ser uno de los que llevaba en las laminas o uno que se imaginaran, en este momento les regale su lápiz. Este ejercicio se quedo pendiente un rato ya que el maestro de educación física fue por ellos.
En el patio, el maestro los puso a jugar diferentes juegos en donde se tenían que corretear, después les pidió un aro, que ya traían, les pidió que lo aventaran, lo rodaran, que brincaran en el, y por ultimo que marcharan hacia su salón. Cuando entraron al salón los niños que ya habían terminado su dibujo lo pasaron a enseñar y algunos que escribieron lo pasaron a leer.
En el recreo, me puse a jugar con algunos niños el juego de “lobo estas ahí”, pero no solo los de mi grupo, si no que algunos niños de otros salones se acercaban a jugar, en el recreo pude ver a mis compañeras que también estaban jugando con los niños de su salón. En este tiempo de recreo, el director nos mando a llamar para que fuéramos a comer y que mientras los niños podían seguir jugando. Mis compañeras y yo entramos con un poco de tristeza al comedor ya que nos estábamos divirtiendo con los niños. Cuando estábamos comiendo se nos informo que ese día las labores terminaban 1:30 ya que era día de cobro.
Cuando salimos de comer los niños estaban formados por grupos y un maestro les iba diciendo que grupo avanzara a su salón, ya adentro del salón la maestra les repartió unas copias referentes a las decenas y centenas, donde tenían que iluminar las decenas que había, mientras los niños coloreaban la maestra iba a notando la tares que sólo consistió en resolver unas sumas y escribir unas cantidades numéricas. Como la maestra les dijo que quien iba terminando iba saliendo, decidí darles la paleta y las gracias en ese momento para que todos alcanzaran.
Así los niños empezaron a salir, no son antes despedirse y darme las gracias, yo hice lo mismo con la maestra, cuando salí realice unas entrevistas en donde una señora me halo en otomí, le dimos las gracias al director y nos subimos a la camioneta para regresar al camión.
Ya que estábamos en el camión, la camioneta se regreso por las compañeras de la escuela “Benito Juárez”, cuando llegaron fuimos a recoger a la ultima escuela, pero ahí nos dijeron que íbamos a bajar a ver como hacían unos tapetes, estuvimos viendo a varias señoras y señores trabajar y luego pasamos con el encargado a que nos respondiera unas preguntas, como ya éramos pocos los que pasamos fue rápido, cuando regresamos al camión los demás compañeros ya nos estaban esperando. Regresamos a la escuela entre las 4:00 y 4:30, estábamos cansados pero felices de haber vivido un día más con los alumnos.
Primero pasamos a dejar a mis compañeros de la escuela primaria “Sebastian Lerdo de Tejada” en donde bajaron la mayoría de los alumnos tanto del grupo uno como del dos. Cuando íbamos hacia las otras dos escuelas nos dijeron que el camión no podía subir por una calle, así que a las alumnas que iban hacia la escuela “Benito Juárez” las llevaron en la camioneta de la escuela. Las alumnas que quedamos éramos de la escuela “Ignacio José de Allende”, esperamos un tiempo haber que llegaba primero si un taxi o la camioneta de la escuela, cuando llego la camioneta los maestros se quedaron a esperar un taxi, y las compañeras y yo nos subimos para llegar antes a la escuela.
Cuando llegamos a la primaria, nos recibió el director en el comedor de la escuela, este comedor lo tienen por que hay gente pobre y se preocupan por que los niños coman algo, nos platico que en la escuela ya casi nadie habla otomí, que ha ido mejorando tanto la escuela como la comunidad, ya que antes la carretera era de terracería y había poco transporte, comento que construyeron cuatro aulas para que se equiparan con el equipo de enciclomedia, y es que el maestro piensa que los maestros deben de irse actualizando, para actualizar a las generaciones que salen de esta escuela. Comento que la escuela ha tenido reconocimientos, pues unos niños asistieron a la olimpiada del conocimiento estatal.
La escuela cuenta con tres grupos de primer grado, con 128 alumnos, dos grupos de segundo, tercero, cuarto , quinto y sexto grado, el segundo grado con 72 alumnos, tercero con 73 alumnos, cuarto con 55 alumnos, quinto cuenta con 56 alumnos y sexto tiene 45 alumnos. Después de darnos esta bienvenida invitamos a una señora que estaba trabajando en la cocina, para que nos cantara algo en otomí, nos canto un fragmento de una canción para despedir a los compadres. Después de que canto la señora nos ofrecieron café y galletas, cuando terminamos salimos al patio donde unos niños de quinto año con una maestra nos estaban esperando para llevarnos a los salones.
Cuando entre a mi salón, la maestra estaba pasando en los lugares de los niños para revisar un trabajo, me presente y le pedí que me permitiera trabajar con los niños treinta minutos, mientras la maestra termino de dar su clase, había dejado un trabajo de terminaciones iguales, en el que les puso un palabra en el pizarrón, en este caso era sabritas, los niños tenían que escribir cinco palabras que terminaran en itas, y cinco que terminaran en on, la maestra pasaba a sus lugares a revisar y a corregir, cuando la mayoría terminaron, iso unos pequeños ejercicios para esperar a los compañeros que les faltaban palabras, como: levantar las manos asía los lados, respirar, una ves que terminaron todos, hizo calculo menta, les pidió resultados de pequeñas sumas y restas como 7+7-4, 9+5-3.
Al terminar la maestra este ejercicio me dejo trabajar con los niños, primero les repartí la canción de “pin pon” y les dije las actividades que tenían que realizar mientras la iban cantando, después realizamos la papiroflexia de un vaso y por ultimo les conté el cuento “el agua”, en este ultimo les pedí que realizaran un dibujo referente al cuento, podía ser uno de los que llevaba en las laminas o uno que se imaginaran, en este momento les regale su lápiz. Este ejercicio se quedo pendiente un rato ya que el maestro de educación física fue por ellos.
En el patio, el maestro los puso a jugar diferentes juegos en donde se tenían que corretear, después les pidió un aro, que ya traían, les pidió que lo aventaran, lo rodaran, que brincaran en el, y por ultimo que marcharan hacia su salón. Cuando entraron al salón los niños que ya habían terminado su dibujo lo pasaron a enseñar y algunos que escribieron lo pasaron a leer.
En el recreo, me puse a jugar con algunos niños el juego de “lobo estas ahí”, pero no solo los de mi grupo, si no que algunos niños de otros salones se acercaban a jugar, en el recreo pude ver a mis compañeras que también estaban jugando con los niños de su salón. En este tiempo de recreo, el director nos mando a llamar para que fuéramos a comer y que mientras los niños podían seguir jugando. Mis compañeras y yo entramos con un poco de tristeza al comedor ya que nos estábamos divirtiendo con los niños. Cuando estábamos comiendo se nos informo que ese día las labores terminaban 1:30 ya que era día de cobro.
Cuando salimos de comer los niños estaban formados por grupos y un maestro les iba diciendo que grupo avanzara a su salón, ya adentro del salón la maestra les repartió unas copias referentes a las decenas y centenas, donde tenían que iluminar las decenas que había, mientras los niños coloreaban la maestra iba a notando la tares que sólo consistió en resolver unas sumas y escribir unas cantidades numéricas. Como la maestra les dijo que quien iba terminando iba saliendo, decidí darles la paleta y las gracias en ese momento para que todos alcanzaran.
Así los niños empezaron a salir, no son antes despedirse y darme las gracias, yo hice lo mismo con la maestra, cuando salí realice unas entrevistas en donde una señora me halo en otomí, le dimos las gracias al director y nos subimos a la camioneta para regresar al camión.
Ya que estábamos en el camión, la camioneta se regreso por las compañeras de la escuela “Benito Juárez”, cuando llegaron fuimos a recoger a la ultima escuela, pero ahí nos dijeron que íbamos a bajar a ver como hacían unos tapetes, estuvimos viendo a varias señoras y señores trabajar y luego pasamos con el encargado a que nos respondiera unas preguntas, como ya éramos pocos los que pasamos fue rápido, cuando regresamos al camión los demás compañeros ya nos estaban esperando. Regresamos a la escuela entre las 4:00 y 4:30, estábamos cansados pero felices de haber vivido un día más con los alumnos.
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